La calidad del aire en Tijuana ha empeorado significativamente durante los últimos días, alcanzando niveles preocupantes para la salud pública. Las autoridades de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de Baja California han emitido una alerta a la población debido a los altos índices de contaminación registrados desde el 6 de septiembre. Aquel día, el Índice de Calidad del Aire (AQI) se situó en 77, un nivel que se clasifica como «malo», lo que implica que es poco saludable para grupos sensibles, incluyendo niños, ancianos y personas con enfermedades respiratorias preexistentes. Ante esta situación, se recomendó a estos grupos que reduzcan al mínimo las actividades al aire libre y se mantengan en espacios cerrados, especialmente si presentan síntomas como dificultad para respirar, irritación de garganta o tos.

El panorama no mejoró el 7 de septiembre, cuando el AQI aumentó a 80, manteniéndose en la categoría de «malo», lo que refuerza la necesidad de limitar la exposición al aire libre. Aunque para el 8 de septiembre el AQI se pronostica en 74, sigue siendo un nivel de alerta, con las autoridades instando a la población vulnerable a seguir tomando precauciones. La previsión para el 9 de septiembre indica una ligera mejora, con un AQI de 67, que aún está dentro de la clasificación de «malo», aunque más cerca de una posible mejora. Estas fluctuaciones, sin embargo, no garantizan una mejora sostenida, por lo que las autoridades siguen advirtiendo que la población debe estar atenta a las alertas y recomendaciones en los próximos días.

Este aumento en la contaminación se debe principalmente a la presencia de partículas PM10 y PM2.5, que se han elevado a niveles peligrosos. Las PM10, con un registro de 64 µg/m³, están formadas por partículas contaminantes inhalables con un diámetro inferior a 10 micrómetros, lo que les permite ingresar en las vías respiratorias y afectar la salud, causando desde irritación en los ojos y la garganta hasta dificultades respiratorias severas. Las PM2.5, que son partículas más finas con un diámetro inferior a 2.5 micrómetros, se registraron en 18 µg/m³. Estas partículas finas son aún más peligrosas ya que pueden penetrar profundamente en los pulmones e incluso llegar al torrente sanguíneo, lo que aumenta significativamente el riesgo de complicaciones graves, como el desarrollo de enfermedades crónicas respiratorias y cardíacas.

Aunque el ozono a nivel del suelo (O3) se ha mantenido en niveles relativamente buenos, con un AQI de 49, no deja de ser un factor de riesgo para quienes ya padecen enfermedades respiratorias. Este contaminante puede agravar afecciones como el asma y provocar síntomas como irritación de garganta, dolor de cabeza o dolor en el pecho. El dióxido de nitrógeno (NO2), a su vez, ha permanecido en niveles de riesgo moderado con 22 µg/m³. Si bien no representa un peligro inmediato para la población general, la exposición prolongada a este gas puede aumentar el riesgo de infecciones respiratorias y complicaciones de salud, especialmente en los grupos más vulnerables.

El panorama de otros contaminantes es más alentador. El dióxido de azufre (SO2), uno de los gases más peligrosos para la salud respiratoria, se mantiene en niveles excelentes con solo 3 µg/m³. La baja concentración de este gas minimiza los riesgos de irritación de garganta, bronquitis crónica o agravamiento del asma en la población. Asimismo, el monóxido de carbono (CO), que puede ser altamente tóxico cuando se inhala en grandes cantidades, se mantiene en un nivel excelente con solo 207 µg/m³, lo que indica que no representa un peligro inmediato.

No obstante, la calidad del aire en Tijuana sigue siendo una preocupación seria. Las autoridades sanitarias y medioambientales han señalado que, si bien algunos contaminantes están en niveles aceptables, la combinación de partículas finas y gruesas en el aire, junto con otros contaminantes como el ozono y el dióxido de nitrógeno, representa un riesgo considerable para la población. Se espera que las condiciones meteorológicas jueguen un papel importante en la evolución de la calidad del aire durante los próximos días. Los vientos y las posibles lluvias podrían ayudar a disipar algunas de las partículas en el aire, mejorando temporalmente la situación. Sin embargo, es fundamental que la población siga las recomendaciones de las autoridades para proteger su salud.

La contaminación en Tijuana ha sido una preocupación constante en los últimos años debido a factores como el crecimiento urbano descontrolado, el tráfico vehicular y la cercanía a zonas industriales. Las autoridades están trabajando en estrategias a largo plazo para mejorar la calidad del aire, pero los efectos de estas medidas aún no se ven reflejados en una mejora significativa. Mientras tanto, la población debe mantenerse informada y tomar las medidas necesarias para reducir su exposición a los altos niveles de contaminación, especialmente en días donde el AQI supera los niveles saludables.

Las recomendaciones incluyen evitar la actividad física intensa al aire libre, especialmente durante las horas pico de contaminación, utilizar purificadores de aire en el hogar y estar atentos a cualquier síntoma respiratorio. Si la calidad del aire continúa empeorando, es probable que se emitan nuevas alertas y recomendaciones para mitigar los efectos en la salud pública, especialmente en los sectores más vulnerables de la población tijuanense.

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