En una vibrante jornada musical, la Orquesta de Baja California (OBC) reveló los nombres de los seleccionados para formar parte de su prestigioso cuerpo artístico. Con 49 postulaciones en la partitura, la competencia fue feroz, pero el talento local se alzó como protagonista indiscutible.
Desde las primeras notas en el Foro Experimental del Centro Estatal de las Artes en Tijuana, el ambiente estaba impregnado de expectación y emoción. Los músicos, ansiosos por demostrar su destreza, afinaban sus instrumentos con precisión quirúrgica, listos para conquistar los oídos más exigentes.
Bajo la dirección atenta de la comisión artística, encabezada por los maestros Armando Pesqueira y Andrés Marín, cada interpretación era un despliegue de virtuosismo y pasión. Desde los acordes delicados de los violines hasta el resonar profundo de los contrabajos, el escenario cobraba vida con la magia de la música.
El proceso de selección fue meticuloso y exigente, con rondas de audiciones que pusieron a prueba el temple y la habilidad de los aspirantes. Con cortinas cerradas, el jurado se sumergió en un mundo de sonidos, buscando aquellos que resonaran con el alma y el espíritu de la OBC.
Y así, tras una intensa jornada musical, los nombres de los elegidos resonaron con fuerza en el recinto. Luis Ángel Salazar Ávila, con su violín en mano, se alzó como el nuevo Concertino, mientras que nombres como Adriana Romero Huerta, Esmeralda Gómez, Bibiano Cevallos, y otros más, se unieron al coro de talentos que iluminarán las futuras presentaciones de la OBC.
Pero lo más notable, quizás, fue el arraigo local de estos talentosos músicos. Diez de los trece seleccionados son hijos de Baja California, una prueba irrefutable del vibrante panorama cultural que florece en la región. Su compromiso y pasión por enriquecer el acervo musical local son un tributo a la grandeza artística que late en cada rincón del estado.
Con este nuevo capítulo, la OBC se prepara para emocionar y cautivar a audiencias, llevando consigo el legado de estos talentos emergentes que, con cada nota, escribirán el futuro de la música en Baja California.