Virgin Galactic, la visionaria empresa de turismo espacial fundada por Richard Branson, ha dejado su huella en la historia al llevar a tres valientes turistas en un viaje épico al espacio. Jon Goodwin, de 80 años, Keisha Schahaff, de 46, y su hija Anastatia Mayers, de 18, se embarcaron en una odisea que los llevó a experimentar la ingravidez y contemplar la Tierra desde una perspectiva celestial.
En su segundo vuelo comercial, bautizado como Galactic 02, Virgin Galactic no solo cumple con una promesa hecha hace décadas, sino que también demuestra que el turismo espacial es una realidad emocionante y alcanzable para aventureros dispuestos a desafiar los límites de nuestro mundo.
Acompañados por un equipo de expertos y dirigidos por dos hábiles pilotos, estos tres turistas espaciales se unen a una élite que ha tenido la oportunidad de presenciar la majestuosidad de nuestro planeta desde lo alto.
A pesar de su ambición y visión, un viaje con Virgin Galactic no está al alcance de todos. Con una demanda constante y una lista de espera en crecimiento, los costos de un boleto para esta experiencia única varían. Inicialmente, los precios oscilaban entre $200,000 y $250,000 por pasajero, pero han aumentado a $450,000. Aunque el costo puede parecer elevado, representa la oportunidad de ser parte de una aventura histórica y una visión compartida por pocos.
Este logro no solo abre una nueva era en la exploración espacial, sino que también plantea la posibilidad de que el espacio se convierta en un destino accesible para personas apasionadas por la exploración. Con Virgin Galactic liderando el camino, el futuro del turismo espacial se presenta emocionante y lleno de posibilidades.