Ensenada, una ciudad costera pintoresca bañada por las aguas del Pacífico, ha enfrentado durante años una batalla silenciosa pero urgente: el saneamiento de sus aguas residuales. Sin embargo, como un faro en la oscuridad, un rayo de esperanza ha surgido con la reciente reunión encabezada por el director de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (CESPE), Alonso Centeno Hernández.

En un ambiente cargado de expectativas y preocupaciones, representantes de la sociedad civil, ciudadanos y grupos interesados se congregaron para escuchar los avances y acciones tomadas en materia de saneamiento. Centeno Hernández, con la serenidad de quien conoce la magnitud del desafío, compartió las luces y sombras del proyecto.

Entre los puntos destacados, resplandece la inversión histórica de la administración actual en la rehabilitación de las maltrechas Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR). Financiadas con recursos propios y el respaldo del Bono Verde, estas obras de ingeniería prometen un renacimiento ambiental para la región.

La rehabilitación de la PTAR El Gallo emerge como un faro de éxito, al revertir la situación que asolaba a la hermosa Playa Hermosa. Los esfuerzos en la PTAR Noreste, donde años de negligencia dieron paso a un avance del 95% en su tratamiento, son el testimonio vivo del compromiso por recuperar la calidad de vida de los ciudadanos.

Sin embargo, no todo es un cuento de hadas. La obsoleta infraestructura de la PTAR El Naranjo ha sido un lastre para el riego agrícola en Maneadero, afectando a una parte importante de la población. Pero la promesa de rehabilitación trae consigo la esperanza de un mañana más verde y próspero.

La presencia de autoridades relevantes, como el subsecretario técnico Isaac David Vizzuett Herrera y la subsecretaria general de gobierno en Ensenada, Guadalupe Cuellar Escoto, subraya la importancia y el compromiso del proyecto. Centeno Hernández, consciente de las expectativas ciudadanas, reconoce la complejidad de los desafíos pero reafirma la determinación de su equipo por cumplir con el mandato de mejorar la infraestructura hídrica de Ensenada.

En medio del murmullo de las olas y el eco de las voces esperanzadas, queda claro que Ensenada está en camino hacia un futuro más limpio y sostenible. El resurgimiento de las aguas, símbolo de vida y renovación, es un recordatorio de que juntos, ciudadanos y autoridades, podemos superar los desafíos más arduos y construir un mañana más brillante para las generaciones venideras.